Los dioses estan locos
Sueños que nunca he realizado -03-
Etérea paradoja.
Palpitaciones. Hacía semanas que no dormía profundamente. Siempre lo mismo: un vahído de apatía, y el tiempo se deslizaba hasta amanecer de nuevo. Ojos abiertos, o cerrados. Lo mismo. Tanto más con visitas recurrentes de un ser que lo atormentaba. Una mujer de angosto talle y ojos sin pupilas, de sexo seco que sólo se lubrica en sangre.
Una que otra vez acudió a un sacerdote, pero estuvo más cerca de un sanatorio mental que de la solución. La demonio creía más en Dios que él y que en él, lo que no le impedía atravesar rejas de metal y letanías por igual.
De alguna forma pensó en ser depositario de un castigo divino, pero no disponía de suficiente soberbia para creerlo. Prefería pensar en sí mismo como depositario de un raro y delicioso órgano sutil que se regeneraba regularmente.
Pequeñas muertes que, a pesar de su precaria salud, reforzaron su voluntad de vivir, de soñar despierto y disfrutar las maravillas dentro y fuera del silencio de su mente.
Pero cada vez era un poco más difícil levantarse, un poco más difícil alejar a sus seres queridos de ese veneno que cada noche la súcubo dejaba en su cuerpo con sus labios. Asimismo, llegaría a extinguirse cuando el juego resultara aburrido, o el néctar vital diluido en demasía.
Y hoy sería la noche, como un deja vu anunciado, en que no despertaría, no por no poder, sino por querencia. Invertiría el juego.
A las 3 en punto, como de costumbre, apareció en contraluz la silueta asesina, y unba vez más se posó sobre él la mirada vacía de la demonio. Pero ahora, en vez de atisbar la escena como si de ajeno se tratase, caminó la mirada sobre sus abismos... niñas del hambre metafísica que no se sacia.
-Saludos amiga- le dijo sonriendo ligeramente. -Disfruta mi carne-
La demonio no respondió. Tiempo atrás había olvidado las palabras, intoxicada en efluvios etéreos mucho más elementales. Pero intrigada un poco, succionó de su huésped los mecanismos que hilan las ilusiones que llamamos sentido, para variar.
-¿No temes la muerte?- preguntó ella. E imágenes de incontables guerras, surcaron la mente de él, los demonios gustan darse un banquete en tales fiestas de instinto.
-No temo, pk no moriré en vano- Dijo él.
Prosiguió -Tú que te alimentas de vida ajena, en hambre perpetua, has olvidado lo que viene con la carne: fragilidad. En esta fragilidad me solazo, y hago de mí el instrumento del destino que yo decido. Y si he de morir, ha de ser aquí y no en otro lado. Si he de extinguirme viviré en mis actos. A diferencia tuya, que temes lo que no ves e ignoras lo que no sientes. Pero hoy yo, frágil mortal, te enseñaré a ti algo que no has visto en eones: el amor a la muerte.-
La demonio sonrió, casi bipartiendo su rostro... cómo osaba compararse?
Él continuó hablando. -Hay quien dice que la magia es artificio maligno, y tienen razón en cuanto alejarse del bien sustenta al mal a la larga, pero hay otros caminos, caminos antiguos que perdurarán por siempre más allá de la tradición y más aún, forjan y doblan la tradición a su antojo: la realización de la fe y la voluntad más allá de mi potencial. Para decírtelo corto, que no me queda tiempo: amo a la muerte porque me dio la vida. Pero no te amo a ti, simple herramienta, que no conoces destino y vagas por los planos sin consuelo. Ni siquiera puedes amarte por la forma en que te conoces... limitada, incompleta, tu eres instrumento de otros y no aspiras a nada. Pero ahora en tu avidez adquiriste otra hambre que nadie saciará: la hambre de volverme a encontrar para matarme. Imponme otro rostro, imponme otro tiempo. Pero sé porqué he aceptado morir y tú no podrás quitarme eso.-
La sonrisa etérea desapareció, y una inquietud se anidó dentro de ella. Trató de desmontar, y fue sujetada por su mismo frenesí que no acaba. Se inquietó: su unidad se había roto. ¿Dónde quedó el gozo felino de la caza?. Una vez más trató de detenerse y partir, en vano ¿desde cuándo su gusto se convirtió en cadena?
Podía sentir en ella la llave de su libertad, enterrada bajo sus deseos. Él sabía, pero no lo diría. Lo decía muriendo: la mataría diciéndolo. Ella se dio cuenta de que no gozaba de la clemencia de la muerte que solía disfrutar impartir. Ardió en confusión y furia.
Se inclinó sobre él... torciéndose y desgarrando lo que quedaba de su presa.
-HABLA!- Le gritó frente a frente, estremeciendo la habitación. Serpientes translúcidas brotaron de su cabeza y huyeron despavoridas. Ojos entrecerrados sonreían. La boca ya no tenía fuerza para alzarse. Dentro de esos ojos, estaba su placer. Encerrado, usurpado, inalcanzable. Él la penetró con su mirada.
La súcubo explotó en impotencia, viendo en transcurrir onírico desesperadamente lento cómo se extinguía la vida de este osado mortal llevándose lo que pertenece a la eternidad.
-RRAAAAAA!!!!- exclamó, y con su tremenda furia cobró carne, la piel se rasgó y los miembros volaron azotando las paredes.
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Otro amanecer. La brisa de la mañana recibió a un nuevo ser. Era ella, sola en la cama. La sorprendió sentir de nueva cuenta frío, dolor e incertidumbre. De vuelta al principio temporal. Sintió algo entre sus piernas. Emergió el rostro de él, resplandeciendo en satisfacción.
-Eternidad y deseo son malos compañeros - dijo él. -Pero voluntad, conocimiento e incertidumbre valdrán la pena, duren lo que duren. A diferencia tuya, no necesito muerte para alimentarme, y conservé el derecho de morir a voluntad. Cómo estarás bien en otro mundo si no puedes lidiar con éste??-
Las lágrimas asomaron a sus ojos de mujer. Miró sus manos mortales. Una gota resbaló por su mejilla. Él sonrió plácidamente y le alzó la barbilla. Ella observó sus labios acercársele. Cuando él se alejó se sintió herida.
Él, impasible, tomó la lágrima con un dedo y la degustó frente a ella.
-Salada, como el mar.- dijo, sosteniéndola en su índice justo sobre su entrepierna, mirándola a los ojos.
El hombre desapareció y la lágrima, después de sostenerse en el aire un instante que pareció interminable, prosiguió su camino hacia la concepción de una nueva vida.
++posted by David Temper
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7:10 a.m.
3 Comments:
DISFRUTE ENORMEMENTE LA LECTURA DE ESTE DELICIOSO CUENTO.
-Eternidad y deseo son malos compañeros - dijo él(...)
(eso da escalofrio!!)(para mi han sido compañeros, hermanos, carnales Inseparables!)
By 
Fernandina, at
6/6/06 11:21
Siempre lo eh dicho llorar no es malo, y por mas sueño qie sea para unos es realidad
By :::lola:::, at
7/6/06 00:39
Virgen: pa que sepa mejor, que sea antojo, no hambre... :P
Lola: No es malo mientras uno no se aboque más a llorar que a enfrentar el asunto
By David Temper, at
9/6/06 12:33
